¿Es  posible usar Facebook para enseñar inglés? Ana Miotti es profesora de inglés y  no lo duda: desde hace dos años trabaja con sus alumnos de la Escuela  Secundaria Nº 572 con la ayuda de esta red social. Dice que los resultados son  fantásticos: hay más y mejores vínculos con los adolescentes, se interesan más  por la materia y hasta piden ejercitación extra los fines de semana. La  experiencia de la docente rosarina fue compartida en una jornada pedagógica  organizada por la Universidad Nacional de Villa María.
    No hace  falta más que preguntar cómo comenzó a usar Facebook en sus clases, para que  Miotti se entusiasme en contar cómo trabaja, los beneficios que le da esta  estrategia y los desafíos a enfrentar. Lo primero que cuenta es que enseña  desde 1º a 5º en la Secundaria Nº 572 de Ovidio Lagos al 5900, también da  clases en el Colegio Urquiza y desde hace unos meses en el Normal Nº 2. Pero  donde la experiencia pisa con fuerza y ganas es en la 572.
    "Hace  un par de años los chicos me solicitaban amistad en el Facebook. La idea me  gustaba pero, como docente, sé que está la cuestión de la privacidad",  narra la educadora sobre cómo se inició un proceso que se enriqueció con el  tiempo. Fue así que creó otro perfil, profesional, aceptó a los que venían  pidiéndole "amistad" y sumó a los otros.
    Más allá  de las condiciones socioeconómicas que rodean la realidad de sus alumnos, dice  que a las nuevas tecnologías "acceden desde sus propias casas, de la de  algún familiar o desde un cíber". También cuenta que si bien muchos no  disponen de computadoras sí de buenos celulares.Y aquí es cuando Miotti imagina  cuánto se puede potenciar esta tarea con las netbooks, que "aún a esta  escuela no llegaron".
    Tareas.  ¿Y cómo se organizó la tarea? "Primero  trabajamos en mi muro, ponía tareas, recordatorios de exámenes. Luego armamos  un grupo cerrado, algo que es genial, porque se puede trabajar con cada curso.  Dentro del grupo todos pueden interactuar, se pueden tener de esas  conversaciones multimedias, donde empezás hablando y luego sumás un video, el  link de una canción", detalla Miotti. Esto no es igual para todos los  cursos, quizás con los de primer año se arranca con una propuesta en inglés y  se terminan intercambiando opiniones en español. "Si el debate es rico, no  importa el idioma hay que aprovecharlo", manifiesta.
    Un punto  que suma es que "los chicos están mucho tiempo conectados". "Te  puede parecer que un fin de semana nadie va preguntar algo de la escuela, pero  no: me han llegado consultas, preguntas y hasta me piden que les manden más  ejercicios. A veces te piden que les envíes un documento, otras que les pases  una página, que hay cientos, con actividades muy entretenidas y muy  interactivas", dice.
    Evalúa  que los resultados pedagógicos son muy buenos. Desde la motivación que tienen  los adolescentes, hasta la posibilidad de relacionarse de otra manera en la  escuela: "El hecho de tener los recursos las 24 horas del día a mano  permite un acercamiento mayor, porque por ahí el que en clases no presta mucha  atención o es más tímido y no se anima a preguntar, luego lo hace por mensaje  privado".
    Para la  profesora un punto que suma es que todos conozcan la plataforma, que sepan cómo  manejarse en el Facebook, es más, son ellos los que les enseñan muchas  aplicaciones. "Mi tarea es aprovecharlas con fines pedagógicos",  amplía. Por otra parte, afirma que los vínculos sociales que se crean en la red  "pueden ser muy fuertes" para bien y para no descuidarlos: "Así  como se encuentran también se pueden desencontrar, a veces hay que trabajar en  situaciones límites, y para detectar posibles conflictos que en el aula no  aparecen".
    De todos  modos la profesora se queda con los vínculos que se crean con los chicos y le  permiten una mejor enseñanza. Al mismo tiempo que cuenta que se tiene que dar  la tarea de romper con algunos preconceptos. "Muchos tienen la fantasía  que si Argentina juega contra Inglaterra yo hincho para Inglaterra, por ser la  profe de inglés". Se suman —agrega— las cuestiones históricas,  de contextos políticos, el tema Malvinas. Por eso en primer año se toma tiempo  para conversar sobre por qué aprender inglés, resaltando la importancia de la  comunicación en todas sus formas y las posibilidades laborales.
    A  diferencia de lo que puede darse con otras experiencias, "la música como  estrategia no funciona". "Ellos tienen más afinidad con la cumbia y  el reguetón. Antes la música en inglés era un puente para enseñar ahora no  tanto, aunque hay algunas chicas, no muchas, que se enganchan con Justin  Bieber. El puente hoy viene por otro lado, por la información que pueden  encontrar en internet y que les interesa. Por ejemplo, hay chicos que les gusta  saber de motores, bueno les paso páginas en inglés para eso" relata y  agrega que de la misma manera le facilita a las chicas tutoriales en inglés que  se encuentran en Youtube sobre cuestiones estéticas y son muy útiles.
    Dice que  el Twitter todavía no es tan popular entre sus alumnos y que el correo  electrónico directamente no existe. También que muchos de sus estudiantes no  tienen computadora pero sí buena telefonía celular. "Ese teléfono que es  tan odiado y aparece como un cuco en las escuelas a veces permite el acceso a  diferentes programas. Y los logros son muy buenos", afirma.
    Jornada.  En mayo pasado, se realizó un encuentro organizado  por la Universidad Nacional de Villa María (Unvm) dirigido a profesores y  estudiantes avanzados de inglés. Trabajaron bajo la consigna "Challenges  in the English Language Classroom" o desafíos para la clases de  inglés. Sobre todo, porque como se analizara en ese encuentro  (www.unvm.edu.ar), los profesores se preguntan cómo enseñarles una lengua  extranjera a grupos numerosos en un tiempo cada vez más acotado, y cómo hacer  que los estudiantes mantengan el interés.
    Dos de  las disertantes, María Celina Barbeito y María Inés Valsecchi, de la  Universidad Nacional de Río Cuarto recordaron en ese encuentro la teoría de una  investigadora norteamericana que trabajó con ellas: Rebecca Oxford. "Ella  propone —señalan en una nota del portal de la Unvm— un nuevo modelo  de clase en donde sea el alumno quien regule su propio aprendizaje y se  convierte en un ser más autónomo e independiente. La idea es que esta propuesta  le saque peso al docente como único generador del aprendizaje en el aula. Esto  se logra a través de estrategias puntuales de acercamiento con el alumno, como  permitir que entren al aula las tecnologías de punta como el Facebook".  Tarea que la profesora rosarina Ana Miotti ya implementa con éxito con sus alumnos  de la Secundaria Nº 572.
     
     
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